La Rosa o la vida

Un poco de historia

La primera noticia que tenemos de la Rosa como flor cultivada la encontramos en la civilización cretense (XVII a. de C.). Antes, pero, otras civilizaciones como la babilónica o la siria ya la tenían presente. También se conoce que la civilización china las cultivaba allá por el año 3.000 a. de C.

En las épocas de dominio egipcio, griego y romano se asimiló la Rosa a la belleza y a toda una serie de conceptos similares como amor, deseo, respeto, homenaje...

La civilización romana fueron los que se dedicaron a su cultivo de forma intensiva. Usaban sus pétalos para ornamentar sus fiestas y bacanales y llenaban los atrios de sus jardines con una clase denominada Rosetum. El declive del imperio romano arrastró a la rosa a la oscuridad. Se cultivó en herméticos claustros de monasterios y órdenes religiosas para goce de las personas que allí meditaban el paso del hombre por ese camino de espinas que es la vida.

A partir del siglo XVI las Rosas fueron de nuevo cultivadas en otros lugares menos secretos. Su apogeo llegó cuando los monarcas, y sus acólitos de los más diversos reinos, decidieron que las Rosas se merecían un lugar más importante en nuestras vidas.

Famosa es la pasión de la francesa emperatriz Josefina que llegó a poseer una colección de rosales que haría las delicias de los que sentimos una pasión desenfrenada por la familia de las rosáceas.

En el siglo XIX es cuando se populariza su cultivo y se comienza a jugar con la hibridación entre variedades de todo el mundo.

En la imagen un espectacular y exótico ejemplar de Rosa Two Colors (Obtentor Híbrido).

No dejéis de visitarnos en EL NOU GARDEN.